El fútbol, el denominado deporte más hermoso del mundo, tiene estas cosas. A veces en un solo minuto se puede pasar de la gloria al dolor, de lo dulce a lo agraz, de estar con las manos vacías y casi al instante quedarse con todo y convertirse en campeón. Todo esto sucedió en el estadio San Bernardo, en la definición por el título del Campeonato de Apertura 2018 de la Asociación de Fútbol Mallarauco entre los conjuntos de Alianza y Lidia Matte.
La final
En tercera serie ganó Lidia Matte por la mínima diferencia gracias a la solitaria conquista de Gonzalo Úbeda, poniéndose arriba en la lucha por la corona.
Luego, en segunda serie el ganador fue alianza, también por la cuenta mínima, a través de la anotación de José Ponce con lo que volvía emparejarse la definición.
En la categoría Sénior quien se adelantaba en la puntuación era la escuadra de Alianza tras doblegar a los verdes por 1-0 con el gol convertido por Richard Maureira.
En los Sénior 50 la escuadra de Lidia Matte igualaba la contienda luego de imponerse por 2-1 con las anotaciones de Miguel Galleguillos y Sergio Carriman. El descuento aliancista llegó a través de Juan Abarca.
Finalmente llegó el duelo de la serie de honor, pleito en el cual el ganador se quedaría con el hermoso trofeo del Apertura 2018. En un duelo muy parejo, en el inicio, la chance más clara para anotar la tuvo Alianza, justo cuando se cumplía el primer cuarto de hora mediante un lanzamiento penal que contuvo magistralmente el portero Eduardo Aravena. Sin embargo Lidia Matte logró reponerse y pudo dar el primer golpe, a los 30 minutos, con el tanto marcado por Luis López.
En el complemento Alianza, apremiado por la desventaja salió en búsqueda del ansiado empate, dejando espacios en la retaguardia los cuales no pudieron ser aprovechados por el elenco verde de Lidia Matte. Además, promediando el partido, ambos equipos se quedaron con sólo 10 hombres tras ver la cartulina roja uno de cada lado en una pequeña trifulca que no pasó a mayores.
Así entonces el tiempo pasaba rápidamente para Alianza que no veía por donde podía emparejar el partido y, en el mejor de los casos, estirar la definición a través de los lanzamientos penales . No obstante todos sabemos que el fútbol es impredecible y mientras el árbitro no dé el pitazo final nada está escrito. Cuando se cumplía el último minuto de juego y en la hinchada de Lidia Matte ya se celebraba el título, un peligroso tiro libre fue sancionado por el juez del partido. La esperanza brotaba por los poros de los aliancistas mientras que un frío nerviosismo recorría la piel de los de Lidia Matte. Era la última jugada del partido, la gloria de uno y la pena de otro. Todo el estadio silente -como si el tiempo estuviera detenido- esperando la ejecución que se daría en el arco sur del recinto deportivo. El árbitro tocó el pito y Fabián Aldea ejecutó la falta, el balón pasó por encima de la nutrida barrera verde y, pese a la estirada del portero Aravena, se coló en el fondo del arco empatando la contienda. El título que ya saboreaba Lidia Matte ahora tendría que ir a conseguirlo a través de los lanzamientos penales en tanto que -en la otra vereda- Alianza sumaba una nueva chance de darle la alegría a su parcialidad cuando ya todo parecía perdido.
Los penales
Y comenzaron los tiros con Lidia Matte iniciando la serie. Gerardo Basaes anotó el 1-0 y Alfredo Cardoza puso el 1-1; Christian Zapata desniveló para el 2-1 mientras que Felipe Riquelme vio como su tiro fue detenido haciendo estallar de felicidad la galería donde se encontraba Lidia Matte. Llegó el tercer turno y ahora se invertían los papeles pues César Núñez perdía su penal en tanto que Luis Santis volvía a dar esperanza para los aliancistas emparejando todo 2-2. El cuarto penal de la serie vio como Cristopher Penroz tiraba fuera su lanzamiento, aprovechando Fabián Aldea para, ahora, poner la definición en favor de Alianza 3-2.
Con la obligación de anotar para seguir con vida Erasmo Valladares dejaba todo 3-3. Así entonces el encargado de convertirse en el héroe de la definición era Braulio Ávalos, quien camino al punto penal cargaba con la responsabilidad del lanzamiento que podría otorgarle la gloria a los aliancistas. Y con una impresionante sangre fría no falló. Con un disparo a la izquierda del portero cerró la tanda 4-3 y con sus brazos abiertos recibió las felicitaciones de sus compañeros que, felices, lo abrazaban y comenzaban la celebración del título que -por segundos- estuvieron a punto de perder.
Inmediatamente, frente a toda su parcialidad que no paraba de celebrar, recibieron el imponente trofeo de campeón comenzando los festejos por una nueva estrella en la Asociación de Fútbol de Mallarauco, con su gente cantando el ya infaltable ¡Dale Campeón!