La tercera fue la vencida. Santa Victoria de Chiñigüe al fin pudo sacarse la espina y el amargo sabor de haber caído en dos finales tras ganar de manera merecida el primer certamen de la temporada de ANFUR Chocalán.
Los de Chiñigüe confirmaron sus pergaminos que los habían situado como el super líder de la fase clasificatoria con 64 puntos.
La jornada consagratoria para el conjunto naranja comenzó con el juego de tercera serie donde empataron a un gol contra los de El Paico. La conquista de Santa Victoria fue obra de Pablo Conejera en tanto que para los paiquinos marcó Sergio Castro.
Luego llegó el turno de la segunda serie donde nuevamente se registró una igualdad, esta vez a dos goles. Los tantos naranjas fueron anotados por José Luna y Víctor Henríquez mientras que para El Paico convirtieron Nicolás Núñez y Sergio Mejías.
En los Senior 45 Santa Victoria daba el primer golpe al imponerse por tres goles a uno con conquistas de Francisco Valdés, Juan Cornejo y Cristián Fuentes. El único descuento de El Paico fue obra de Claudio Alarcón.
Avanzando la tarde, correspondía el turno de la serie Senior 35 y ambos elencos no conseguían superarse empatando a dos goles. Ricardo Benítez y Carlos Martínez marcaban para Santa Victoria en tanto que Marcelo Flores y Manuel Durán hacían lo propio para Deportivo El Paico.
De esta forma, con ventaja en la sumatoria de puntos, a Santa Victoria solo le bastaba con un empate para coronarse como el monarca del campeonato. En la vereda contraria, El Paico, tenía la obligación de vencer a su oponente su quería gritar campeón.
El Paico asestaba la primera estocada a través de Ignacio Urtubia y soñaba con apropiarse el título. Pero su sueño no duró casi nada ya que , de manera inmediata, Santa Victoria asestaba un mazazo al empatar la cuenta por intermedio de Diego González y volvía a quedar con la primera chance de campeonar concluyendo esta primera etapa con la igualdad en la cuenta.
En el complemento El Paico salió con todo a buscar la ventaja que le diera el título, pero con veloces contragolpes los de Chiñigüe pretendían cerrar de una vez la lucha, convirtiendo en figura al golero Javier Quezada, clave en mantener el sueño de El Paico con vida al evitar al menos un par de ocasiones claras de gol.
Con expulsados en las filas de El Paico que restaron su capacidad combativa, pero con mucho amor propio, solo el pitazo final del juez César Márquez puso término a la disputa dando paso a la celebración de Santa Victoria de Chiñigüe que veía como la copa de campeón se quedaba en sus manos tras un par de finales donde se quedaron con la pena y el dolor de gritar fuerte y claro ¡Dale campeón! El domingo, pasadas las 20 horas, al fin la escuadra naranja hacía suyo ese grito comenzando los festejos y una fiesta que terminó de madrugada. Tras dos finales perdidas de manera consecutiva, sin duda que se lo merecían.
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