Con un legado forjado en las canchas y una tradición que atraviesa generaciones, el Club Deportivo Ignacio Serrano festeja este 19 de mayo su aniversario número 88, manteniéndose como un emblema del deporte en Melipilla.
La historia del club se remonta al año 1936, cuando el reverendo Leopoldo Manzor, visionario y apasionado por el deporte, fundó la institución que con el tiempo se transformaría en uno de los clubes más reconocidos y admirados de la zona. Ignacio Serrano supo ganarse el respeto de la comunidad, destacando tanto en el ámbito futbolístico como dirigencial y social.
Durante su larga existencia, Ignacio Serrano vivió jornadas inolvidables, incluyendo su paso por la Cuarta División, compitiendo en el exigente Campeonato Regional Zona Central, donde enfrentó a equipos de renombre y forjó una identidad aguerrida y competitiva.
El club no solo se ha sostenido por sus éxitos deportivos, sino también por el aporte invaluable de dirigentes y jugadores que dejaron huella. Se recuerda con especial afecto a grandes hombres como don Pablo Maldonado, don Manuel Riveros y al querido “Tachuelita”, símbolos de entrega y compromiso. Entre los entrenadores que guiaron sus destinos destacan Sergio “Guatón” Meza y Víctor Arévalo, referentes de la enseñanza y la pasión por el fútbol.
Dentro de sus filas, Ignacio Serrano contó con jugadores inolvidables como “Monito” Cárdenas y Julio Vial Blanco, quienes llevaron la camiseta con orgullo y dejaron momentos imborrables para la hinchada.
Hoy, el club sigue vigente y adaptándose a los tiempos, participando activamente en la Unión Deportiva Super Senior con dos categorías, 50 y 60 años, donde sus viejas glorias continúan mostrando el talento y el espíritu de camaradería que siempre caracterizó a Ignacio Serrano.
Este nuevo aniversario es la ocasión perfecta para rendir homenaje a quienes forjaron la historia del club, recordando que los valores, el compañerismo y la pasión por el fútbol siguen siendo la base de Ignacio Serrano, una institución que, a 88 años de su fundación, sigue viva en la memoria y el corazón de Melipilla.