[dropcap]E[/dropcap]n la tarde del domingo pasado, en el campeonato de la Liga de Voleibol de Melipilla, un pequeño voleibolista se robó las miradas de todos los asistentes. Su nombre: Amaro Ramírez.
Con tanto solo 11 años, el menor que estudia en el Colegio San Sebastián llamó la atención por, aparte de su corta edad, el buen nivel técnico que realizaba en cada una de las jugadas donde tenía que intervenir siendo incluso celebrado entusiastamente por todos los espectadores presentes en el gimnasio.
Conversando con Amaro, nos contó que debutó -de manera competitiva en un torneo adulto- en nuestra ciudad el domingo pasado defendiendo los colores de Águilas Agustinas contra el sexteto rival de Cartagena.
Su llegada a este deporte se dio de manera casi fortuita según señala: “Estaba sentado en la banca esperando a mi hermano y entré. Me gustó”, cuenta y dice que de ahí no paró más de jugar desde el año pasado.

Guiado por su profesor y director técnico, el también destacado joven voleibolista melipillano Francisco Espinoza Cáceres, descubrió en él una gran capacidad innata para responder por lo que inmediatamente lo invitó a tomar parte en los entrenamientos.
“Me gusta el voleibol”, -Amaro Ramírez
“Empecé entrenar y (Francisco Espinoza) me dijo que era bueno para responder y ahí quedé de líbero”, recuerda el pre adolescente melipillano, quien además estuvo compitiendo hace un par de semanas en la vecina comuna de Talagante, en un campeonato donde salió elegido meritoriamente con la distinción de “Niño Promesa”.
“Me gusta el voleibol”, agrega antes de retirarse a descansar tras haber vencido en el duelo que disputaron frente a los cartageninos y que, de manera emocionante y dramática, vencieron por parciales de dos sets a uno, con Amaro siendo una parte importante en la victoria del elenco colegial.
Ahora -esperamos por el bien del voleibol melipillano- que Amaro se transforme prontamente de promesa en realidad ya que por su nivel sabemos que le brindará grandes satisfacciones en el futuro a nuestra ciudad.